Vendrán días con rayos de Sol
¿vendrán?
serán solo tormenta
creando toneladas de cieno
y una planta negra
como alambre de espino
enraizando en mi interior
en mi cordura
en mi ceguera
además habla y da sermones: tú no tienes nada
tú no vales nada
trae sueños en los que me traes flores y no sé
si es que me he muerto
pero vendrán días con rayos de Sol
¡Vendrán!
Hasta que la planta sea verde
hasta que el cieno sea miel,
pegajosa miel.
sábado, 23 de junio de 2018
martes, 17 de abril de 2018
Lo que nazca
Escribir lo que nazca
así se me planteó un día la vida
como un renacer en luna nueva
luna de cero
luna de comienzos
de punto de partida
¿o de inflexión?
luna que no veo
en un hotel sin ventanas
pero que siento dentro
que respira conmigo y se mueve
y me sigue
y me quiere
luna a kilómetros
luna llorando
pero luna que me sigue
y me quiere.
así se me planteó un día la vida
como un renacer en luna nueva
luna de cero
luna de comienzos
de punto de partida
¿o de inflexión?
luna que no veo
en un hotel sin ventanas
pero que siento dentro
que respira conmigo y se mueve
y me sigue
y me quiere
luna a kilómetros
luna llorando
pero luna que me sigue
y me quiere.
domingo, 28 de enero de 2018
Un cuadro en la ventana
Mírame ahora
con las alas extendidas
despegando
volando alto del mar
mojada
sacudiéndome las dudas
como un perro sin dueño
siendo libre
y queriendo como siempre
porque quiero quererte
y entregarme así
a la incertidumbre
que lo hace todo más cierto
y menos aparente
con doble de luz
que siempre te envié
y aún te llega.
Pero también ahora
el asco que siento
por la mediocridad de la gente
que cree saberlo todo
por la necesidad de sentirme necesitada
expuesta
quizá en un mundo
que un día será también mío
que quizá ya lo sea
y aún no lo vea.
La rabia que me da su sonrisa
los labios rojos que no le quedan bien
que un día maldito besaron los tuyos
necesito repetirmelo
necesito repetirmelo
necesito que nos deje
en paz
El odio que necesito aún soltar
y que nos manda
su sonrisa maliciosa
that's what i'm doing.
Pero saber...
saber que ya no necesitaré
del escenario que me proporciona
una ventana
de la que hago un cuadro
con una farola a ratos sin luz
un gato en el alféizar
que se intenta colar
y yo con el pensamiento de que
"puede ser que vuelvas otra vez"
porque ya estás aquí.
miércoles, 6 de diciembre de 2017
Eterna huida hacia adelante
El discurso del tiempo es
como intentar cambiar el curso de un río:
imposible.
Por eso él tiene nombre de tempestad
arrasando con todo
pero con diagnóstico estable
dentro de la taquicardia
y siendo gasolina de inspiración.
Mas recuerdo a veces
cuánto solía odiar
que a mi nunca me hubiera traído flores
de esas que te hacen pensar si sí o si no
como al subir escalones
hasta la cuarta planta
sin morir por los rincones.
Pero es que yo…
yo nunca amé las flores
que mueren cuando se arrancan
soy más de espíritu salvaje
de diente de león
detesto lo ordinario, lo vago, lo simple
el cliché.
Y nunca pienso en sí o no
nunca en blanco o negro
sino en gris perla
en azul noche
en verde sus ojos.
Mas a veces caigo
en la eterna huida hacia delante
como Rimbaud.
La conexión y la energía fluyendo
y el sutil disciplinamiento del yo aparente
siendo conectado al yo real.
Y con origen en un planeta de anillos
y con destino a un planeta de anillos…
El discurso es imposible
(o no).
miércoles, 9 de agosto de 2017
sábado, 22 de julio de 2017
Un planeta azul y un verano
"Vivimos en un planeta azul, que da vueltas a una bola de fuego, con una luna que mueve mares...
¿Y no crees en los milagros?"
Me gusta esa manía que tenemos de sentirnos en un videoclip cada vez que pasamos más de cinco minutos juntos, obviando el qué tal estás. Hay mucha más magia detrás. Un laberinto sentimental. Como verte fumar un cigarro en el balcón, donde horas atrás hice el primer saludo al sol. "Aquellas noches sin aire acondicionado. Aquellas mañanas de café con hielo". Practicando ashtanga cada día a las ocho de la mañana, excepto en luna llena y luna nueva, cuando el cuerpo es más propenso a lesionarse.
Sigo respirando profundo y aceptando las cosas así como son, porque así deben ser. Voy conociendo mi cuerpo y desafiando mi mente, que cada día intenta jugarmela, pero aún me gusta sentarme enfrente del libro de Fairy Tales en la biblioteca, por si algún tipo de suerte... Creo que me entiendo cada vez más y eso me quita el miedo y me lo da.
Me gusta la cara que pones cuando te digo que esta noche hacemos lo que quieras, siempre que no sea irreversible o neurotóxico. Y me gusta que la noche siempre acabe siendo como un tatuaje invisible. A veces no me peino en tu honor (ducharme sí, porque soy una grunge un poco de mentira).
Escribo cada vez más por mi y no de nadie, y no es por ego, es porque me quiero. Aunque no lo niego, me gusta verte fumar en el balcón y escribirte luego.
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