Y de repente, no sé, como que me inundó la pena y me entraron unas ganas tremendas de llorar, y pensé en lo afortunada que soy a veces sin darme cuenta, en el por qué tengo tantísimo y sigo queriendo más y más... y que en ese momento sólo quisiera un comentario sobre mis ojos... y sobre todo pensé en lo egoísta que soy a veces al pensar que no tengo nada, que no tengo a nadie, cuando lo tengo todo. Me dio por pensar la chorrada que había sido discutir con mi madre porque quería tales zapatos, o lo mal que lo había pasado por aquel que no dio un duro por mi.
Vaya, que va a ser verdad eso de que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y lo de que no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita… porque ella, ya veis, que esté tan feliz con todo lo que se le viene encima… Y lo sé porque la oí reír, porque siempre está bien que le digan a uno que tiene unos ojos preciosos.
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