No sé que hacer con tus ausencias. Supongo que no puedo, ni debo, y en realidad, ni quiero pedirte nada. Pero aquel día en aquella estación yo no quería que te fueras. Y si te dejé hacerlo fue porque prometimos volver a vernos. No nos vimos. Al menos, no a solas. No en aquella estación. Y mira que han pasado personas por allí desde aquel cálido agosto.
Algunas noches existes demasiado fuerte en mi, no sé que tienes, pero me vuelves loca. No fumo, pero a veces me apetece un piti desde aquel día. Que sabe a suspiros, a besos robados, a estaciones de tren, a ilusiones rotas y un poco a ron, nunca la nicotina había dado para tanto. Pero que yo no fumo, eh. Es sólo que por ti, por ti me fumo hasta los versos.
Pobre. Desde Agosto. Y aún le piensa.
ResponderEliminarcorta pero intensa, esta muy bonita.
ResponderEliminarCreo que te entiendo y me identifico con esta entrada,es como que si todo quedara en el aire. Besos
ResponderEliminarUn vicio, que provoca otro vicio... Y no me refiero a fumar, si no a recordar, y a amar
ResponderEliminarMe he leído unas cuantas entradas y todas me han parecido fantásticas. Pero está me ha gustado particularmente. Te has ganado un seguidor en tu blog y en twitter, gracias por pasarte por el mio. Un saludo.
ResponderEliminarque aveces es dificil cumplir promesas.
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