fuimos el desliz de verano que nos condenó a miles de deslices. tu presencia hacía los bancos de Murcia más cómodos. qué bonita estaba cuando tú la mirabas. aún más. y qué suerte tiene la muy puta de que haya sido con esos ojos.
entre sábanas blancas; tus plegarias y mi condena.
y los terremotos pasaban a un segundo plano cuando lo que temblaba era mi cama. quedando exhaustos. convictos.
te recuerdo en calzones por mi casa, cerveza en mano, barba de tres días y sobredosis de mi, y te escribo en minúsculas, que es como drogarme sin drogas y volar sin alas.
y ahora hielo y recuerdos de un pasado ardiendo. (sólo quiero que tus minúsculas aparezcan de repente y que el corazón me de un vuelco).
A veces la letra pequeña es la más difícil de olvidar, porque es la más importante.
ResponderEliminarCualquier cosa te daría un vuelco al corazón si viene de él.
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