lunes, 14 de abril de 2014

Dos veces bueno.


No sé cómo ni cuando llegué aquí, me timaron, me bebí un bidón entero de felicidad, o es que soy gilipollas, pero si esto no es el Paraíso debe ser algo muy parecido. Tampoco sé cómo ni cuando se me cayó la armadura, eso que ahora se lleva tanto de cuánto más hijo de puta, mejor; o eso es lo que dicen vuestros actos, que a veces hablan más de lo que lo hace vuestra propia boca.

Siempre he pensado que todo lo vivo con más intensidad que el resto. Claro, que no es tan bueno como parece ser, porque lo bueno es dos veces bueno, pero lo malo es dos veces malo, y lo que crees malo dos veces más malo.


No me explico. Ya.

Supongo que una vez me hicieron daño del dos veces malo, y ahí fue cuando decidí volverme piedra, fría e incluso un poco zorra, porque claro, la armadura siempre viene con el manual de cómo ser una hija de puta de primera. Y así seguí hasta que fui conociendo un poco más de la vida, creo. Y el daño del dos veces malo me parecía ahora una soberana gilipollez que incluso me producía carcajadas, pero no me había ido mal esquivando los golpes y siempre había conseguido todo lo que había querido de todo el mundo casi sin esfuerzo alguno, porque en algún momento de mi maravillosa y calculada vida me había decidido a no dar ni sentir, y recibir si acaso, con la alarma puesta, no sea que alguien consiguiera resquebrajar la coraza.
Al final lo único que se resquebrajaba y desintegraba eran los momentos buenos de la vida, siempre latentes, pero en un segundo plano.

Y bueno, ahora es cuando viene lo del bidón de felicidad, que aparece en el momento exacto, digo yo. Porque si de algo estoy segura es que cualquier otro habría sido el exacto. Y no sabes si resignarte y soportar que te miren con cara de asco cuando vas sonriendo por la calle sin razón alguna, -a su parecer-, o simplemente intentar reconstruir una coraza convertida en cenizas. Pero lo haces, te resignas, vives. 
Y lo que vives es dos veces bueno.

6 comentarios:

  1. Las resacas más fuertes son las de felicidad, no las de alcohol.

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  2. Te explicas.

    (Tiene gracia que al final el comentario te lo deje en un día impar, ¿no? = ))

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  3. Una duda, ¿cómo haces para que a la gente le salga ese mensaje si dan click derecho estando en tu blog? Me gustaría añadirlo al mío y soy algo torpe para la tecnología, por lo que no sé cómo hacerlo...
    Gracias.

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    1. http://elbalcondejaime.blogspot.com/2009/11/proteger-tu-blog-contra-copiar_16.html Aquí lo explica muy bien, espero que te sirva.

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  4. Y aquí estamos de nuevo, dos de rock and roll. Y muchos infinitos de felicidad.
    Una leyenda eso de que escribes bien, real.
    Un beso!! :)

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