domingo, 14 de abril de 2013

Tatuajes.

Dile a tus demonios que se vayan de mi cabeza, que ya no tiene sentido que estén aquí si tu no puedes estarlo, si no puedo rozar tu piel tatuada y sentirla mía. Siempre que pensabas en el diseño de uno nuevo yo te decía esa frase de aquel libro que tanto te gustaba: "¿Qué más tatuaje que la vida misma?", como si sintiera envidia de la tinta que invadía tu piel. Quién le iba a decir a mi piel entonces que se iba a hacer adicta a ella, casi más que a tus besos. Cuando lo descubriste sonreíste y dijiste "nadie se fijará en él si sonríes". Y yo sonreía, y entonces él se apagaba como las luces de la ciudad cuando amanece.
También tú te apagaste, y con el paso del tiempo tus demonios huyeron de mi mente consumida buscando otras de qué alimentarse. Entonces yo ya no sonreía, y ahí estaba él, invadiendo mi piel otra vez.                      
                       
                                         Recordándote.
"Lo más profundo que hay en el hombre es la piel"
-Paul Valéry.

3 comentarios:

  1. Puedo decir que me encanta, tu manera de escribir y como lo reflejas.
    Increible
    Un beso

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  2. Y a veces los peores tatuajes son los que se llevan en la memoria y ya ni digamos los del corazón.

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  3. "nadie se fijará en él si sonríes"

    Brutal, dolor, tristeza, nostalgia, convertido en palabras que narran libre y suavemente estocadas que se nos quedan en el alma... y en la piel.

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